Este fenómeno mágico se produce sólo dos veces al año y en dos fechas simbólicas: el 2 del mes 2, festividad de la Candelaria, y el 11 del mes 11, san Martín. Estos dos días, a partir de las ocho de la mañana, se produce un espectáculo lumínico único.
La luz del sol naciente atraviesa el rosetón mayor de la Seu y se proyecta el reflejo de éste en la pared de delante, justo debajo del rosetón opuesto, el de la fachada principal, de forma que, durante un corto período de tiempo, se refleja uno sobre el otro, formando un doble rosetón, uno de vidrio y el otro de luz, dando lugar a aquello que ya se conoce como «espectáculo del ocho» debido a que se forma un “ocho de luz”, número cargado de simbolismo en la tradición cristiana. Los antiguos escritores cristianos, al añadir un día más a los siete días naturales de la semana, otorgaban al “octavo día” la categoría de un tiempo más allá de todo tiempo, el tiempo de la eternidad, el cielo. Anotemos también que las 14 columnas del interior de la Catedral de Mallorca son octogonales.
Este fenómeno excepcional atrae, año tras año, un mayor número de visitantes que quieren presenciar el espectáculo del ocho.