Banyalbufar es una localidad del norte de Mallorca que destaca por sus bancales, que con forma de escalón te llevan hasta el mar, y por su producción de malvasía, un vino dulce.
Uno de sus monumentos más destacados es la Baronia, del siglo XVI, con un patio interior y una torre de defensa que hoy alberga un hotel.
Tras la conquista de la isla de Mallorca en 1229, el pueblo de Bañalbufar fue otorgado a los caballeros Gilabert de Cruïlles y Ramon Sa Clusa. A partir de esta fecha se implanta un régimen señorial en este valle: la Baronía de Bañalbufar. El señor de la Baronía tená jurisdicción civil y criminal sobre los habitantes de sus dominios.
La agricultura fue la ocupación casi exclusiva de los habitantes de esta zona, aunque también se pescaba como complemento a las labores agrícolas. No hay indusria alguna en la zona. La viña de Bañalbufar fue famosa por la malvasía, pero su cultivó se abandonó. Anteriormente el municipio era una gran viña. Se cultivaban unas 2.000 vides, exclusivamente para la producción de malvasía. El vino fue muy favorecido por el Reino de Aragón tras la conquista de la isla. Actualmente hay planes para la recuperación de este cultivo.
Como en toda la costa mallorquina, en los puntos costeros más altos se construyeron las atalayas de observación para avisar de la llegada de corsarios. Dentro del pueblo tamibén se construyeron torres de defensa para protegerse de los piratas. La torre de Verger, restaurada por completo, permite conocer este tipo de construcción.
En el centro del municipio se encuentra la posesión de La Baronía. El Café Bellavista hace honor a su nombre ofreciendo una hermosa vista de la costa desde su terraza. La torre de vigilancia costera conocida como Torre de ses animes ofrece unas magníficas vistas sobre el mar.La pequeña cala de Banaylbufar sólo es accesible a pie mediante una escalera. También hay que resaltar la pequeña bodega de «Son Vives», dedicada a la recuperación y la elaboración del mítico vino blanco de Malvasia.
Entre las rutas a pie que se pueden hacer destaca la que, partiendo de la carretera C-710, acaba en la playa del Port des Canonges. Es una ruta que discurre entre bosques de pinos y, más adelante, entre formaciones rocosas. Es una ruta de dificultad moderada por un camino rural con bastantes desniveles, de una hora de duración aproximadamente, que se encuentra señalizado con balizas naranjas. Al llegar al Port des Canonge, se pueden ver las casetas de pescadores.
Tradicionalmente, este camino se denominaba Camí des Carabineros (Camino de los carabineros) o Cami de Baix de Son Bunyola (Camino de abajo de son Bunyola) aunque en la actualidad se le conoce como Sa Volta des General, nombre que se ha generalizado gracias a su uso en guías turísticas y de excursionismo. El nombre proviene de la curva de la carretera Bañalbufar-Esporlas (C-710)donde se inicia el camino, en cuyas inmediaciones un antiguo militar tenía una propiedad.
Como precauciones a tener en cuenta en la realización de la ruta están el uso de calzado adecuado, el tener cuidado con las piedras sueltas y alejarse de los acantilados. También es conveniente llevar bastantes líquidos, ya que en el recorrido no hay agua potable y, especialmente en el camino de vuelta cuesta arriba, se hace bastante necesaria.
SA TORRE DE SES ANIMES
Los lugares de leyenda son puntos geográficos donde el misterio que les rodea, aumenta a medida que avanza su historia a lo largo del propio tiempo. Uno de estos enclaves es la torre de vigilancia que se encuentra sobre el acantilado de la punta de Es Verger, situado entre las poblaciones mallorquinas de Estellencs y Banyalbufar. Esta torre fue construida a lo largo del año 1579 sobre el emplazamiento de una vieja barraca de vigilancia, por orden del alcalde de Banyalbufar de la época, Don Teseo Valentí.
Dicha construcción estaba destinada a realizar la función de transmitir los avisos de ataque marítimo por parte de los ejércitos enemigos y piratas. Las alertas se realizaban mediante humo durante el día y con fuego durante las horas nocturnas, de este modo observaban las advertencias que se emitían desde la torre de Na Popia sobre el monte más alto de la isla Dragonera, y los transmitía hacia las torres de Trinidad (en la costa de Valldemossa, la de Pedrissa (en los acantilados de Deià) y finalmente a la torre de Sa Pedrissa (situada sobre el puerto de Sóller).